En muy escaso tiempo se han producido dos incendios importantes en ese espacio verde que recibe a muchísimos =isitantes
EL enésimo incendio de la Reserva Ecológica y =arque Natural de la Costanera Sur se ha producido hace pocos días. No fue el primero =e la actual temporada veraniega y esa reiterada periodicidad basta y sobra =ara inferir que tales siniestros (más de 300 en la existencia del predio) =o son únicamente provocados por el azar o la actual sequía.
Hace algo menos de 30 años nadie consultó a los porteños para =ellenar el extenso embancamiento que, so pretexto de un proyecto urbanístico =amás iniciado, los despojó de la Costanera Sur, aquel lugar de recreo al =ual concurrían en forma masiva para aliviar los rigores veraniegos o para =isfrutar del sol que les permitía mitigar la frialdad del invierno. Ahora, los detractores de la Reserva tampoco tienen en cuenta esas opiniones ="Construyan dentro de ella sin aviso previo y después no habrá quejas que =algan", dejó asentado por escrito un empresario con intereses próximos-, llegado el =omento de formularle planes para otros destinos más redituables: por ejemplo, =esde un parque "civilizado" hasta un helipuerto, un campo de golf, una marina o =na autopista.
Sin embargo, la fisonomía actual de esa obra de la naturaleza =nteresa, y mucho, a los visitantes que a ella concurren. Sin ir más lejos, el =FAltimo y reciente incendio obligó a evacuar a muchos paseantes e incluso a dar =viso de que, era obvio, no se efectuaría la visita nocturna para la cual se =abían inscripto tres centenares de interesados. Maltratada por la =esaprensión de los maleducados que la toman por un basural, aun con señales de las =eridas sufridas en otras quemazones y golpeada por la sequía, nuestra Reserva =cológica, situada a no más de diez minutos de la Casa de Gobierno y a pocas cuadras del =entro, sigue dando pie al afecto de quienes la han sabido y la saben valorar =al como es.
Pero ya que en casi tres décadas ha seguido más o menos indemne, =anos anónimas tratan de convertirla en pasto de las llamas de manera tal =ue, arrasado, el embancamiento sirva para otras finalidades. Puede que =lgunos de esos incendios hayan sido accidentales, mas muchos otros -hubo =uncionarios que así lo atestiguaron- fueron intencionales. La perversidad en este =articular sentido es incansable y ha logrado poner en jaque las metodologías de =revención y extinción que desde un tiempo a esta parte fueron instaladas dentro =e la Reserva para hacer frente a sus depredadores piromaníacos.
A la luz de esta dura realidad, daría la impresión de que lo =echo todavía no es suficiente para librar a la Reserva del flagelo de los incendios. Es =robable que una vigilancia más rigurosa sirva para permitir la captura de =lgún o algunos incendiarios e iniciar una investigación a fondo que tornase =actible deslindar instigaciones y responsabilidades, y penalizar a los unos y =os otros, si así lo determinase la Justicia.
Tal vez por esa vía se acabarían los incendios, que no sólo =menazan la integridad del parque natural, sino que ponen en peligro a sus =oncurrentes. Y así la Reserva Ecológica, con cuanta mejora pudiese requerir, aunque =in perder su condición agreste, podría seguir siendo un atractivo singular =iertamente infrecuente a la vera de una gran metrópoli.
EL enésimo incendio de la Reserva Ecológica y =arque Natural de la Costanera Sur se ha producido hace pocos días. No fue el primero =e la actual temporada veraniega y esa reiterada periodicidad basta y sobra =ara inferir que tales siniestros (más de 300 en la existencia del predio) =o son únicamente provocados por el azar o la actual sequía.
Hace algo menos de 30 años nadie consultó a los porteños para =ellenar el extenso embancamiento que, so pretexto de un proyecto urbanístico =amás iniciado, los despojó de la Costanera Sur, aquel lugar de recreo al =ual concurrían en forma masiva para aliviar los rigores veraniegos o para =isfrutar del sol que les permitía mitigar la frialdad del invierno. Ahora, los detractores de la Reserva tampoco tienen en cuenta esas opiniones ="Construyan dentro de ella sin aviso previo y después no habrá quejas que =algan", dejó asentado por escrito un empresario con intereses próximos-, llegado el =omento de formularle planes para otros destinos más redituables: por ejemplo, =esde un parque "civilizado" hasta un helipuerto, un campo de golf, una marina o =na autopista.
Sin embargo, la fisonomía actual de esa obra de la naturaleza =nteresa, y mucho, a los visitantes que a ella concurren. Sin ir más lejos, el =FAltimo y reciente incendio obligó a evacuar a muchos paseantes e incluso a dar =viso de que, era obvio, no se efectuaría la visita nocturna para la cual se =abían inscripto tres centenares de interesados. Maltratada por la =esaprensión de los maleducados que la toman por un basural, aun con señales de las =eridas sufridas en otras quemazones y golpeada por la sequía, nuestra Reserva =cológica, situada a no más de diez minutos de la Casa de Gobierno y a pocas cuadras del =entro, sigue dando pie al afecto de quienes la han sabido y la saben valorar =al como es.
Pero ya que en casi tres décadas ha seguido más o menos indemne, =anos anónimas tratan de convertirla en pasto de las llamas de manera tal =ue, arrasado, el embancamiento sirva para otras finalidades. Puede que =lgunos de esos incendios hayan sido accidentales, mas muchos otros -hubo =uncionarios que así lo atestiguaron- fueron intencionales. La perversidad en este =articular sentido es incansable y ha logrado poner en jaque las metodologías de =revención y extinción que desde un tiempo a esta parte fueron instaladas dentro =e la Reserva para hacer frente a sus depredadores piromaníacos.
A la luz de esta dura realidad, daría la impresión de que lo =echo todavía no es suficiente para librar a la Reserva del flagelo de los incendios. Es =robable que una vigilancia más rigurosa sirva para permitir la captura de =lgún o algunos incendiarios e iniciar una investigación a fondo que tornase =actible deslindar instigaciones y responsabilidades, y penalizar a los unos y =os otros, si así lo determinase la Justicia.
Tal vez por esa vía se acabarían los incendios, que no sólo =menazan la integridad del parque natural, sino que ponen en peligro a sus =oncurrentes. Y así la Reserva Ecológica, con cuanta mejora pudiese requerir, aunque =in perder su condición agreste, podría seguir siendo un atractivo singular =iertamente infrecuente a la vera de una gran metrópoli.
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